Un año de Vía Verde
Como en la novela El señor de las moscas de William Golding hace un año un grupo de vecinos y vecinas tocaron la caracola y llamaron a reunirnos en cìrculo-asamblea. Por temor o necesidad, fuimos cada uno de nosotros llamados a construir un nuevo tiempo, una nueva forma de hacer vecindad, de contribuir a generar un lugar común, una forma de encontrarnos en nuestra maravillosa diversidad.
Así, vecinos y vecinas (de los pegados a la vía y de los de más lejos), entendimos que a pesar de las diferencias y de los modelos sociales que disgregan y fragmentan, era posible reunirnos una vez por semana; era posible darnos la palabra para las quejas, las broncas y las ideas; era posible hilvanar sueños, sembrar esperanza, hacer valer nuestros derechos y diseñar proyectos comunitarios.
El 20 de Diciembre de 2009 nacía la asamblea de vecinos autoconvocados de Ciudad Madero Y Tablada con la idea de hacer de la vía muerta, un lugar para estar entre vecinos ejerciendo nuestro derecho a los espacios verdes, al esparcimiento, a un ambiente sano, a ser felices en el lugar donde vivimos.
A lo largo de este año aprendimos a dialogar con los funcionarios, a redactar proyectos, a informar y concientizar; a escuchar y dialogar; a fijar posiciones y encarar actos políticos.
A lo largo de este año disfrutamos de una bicicleteada multitudinaria encabezada por el campeón olímpico Walter Perez (vecino y viaverdista), sacamos los cuadros, las esculturas de los artistas locales a la calle y los pusimos al alcance de todos y de todas; realizamos una caminata solidaria; inauguramos un ciclo de cine verde; fomentamos acciones de reclamos de los vecinos y vecinas; disfrutamos de jornadas de música para jóvenes y para niños; organizamos trayectos de capacitación para docentes; nos juntamos a pintar, a jugar al ajedrez, Rodrigo (arquitecto y urbanista) nos ayudó analizando las condiciones urbanísticas y dibujando nuestros sueños; la Fundación Rumbos nos orientó en la creación de un parque integrador; Pablo Pimentel de la asamblea permanente de Derechos Humanos, nos ayudò a cuidarnos y cuidar; armamos buzones verdes para que los vecinos y vecinas opinaran, hicimos más de 2000 encuestas entre los niños y niñas del barrio; juntamos más de 3500 firmas de adhesión; nos reunimos con el presidente de la ONABE, Fernando Suarez, Con Schiavi en la Secretaria de transporte, con el subsecretario de gobierno municipal, e Sr Barrera, con el presidente del Consejo Deliberante, Sr Castro, con los concejales de todos los bloques, con el Delegado Municipal, Sr. Di Santo; con los presidentes de los clubes del barrio, de las sociedades de fomento, con los rotarios, con los directivos de las escuelas; llevamos el proyecto Vía Verde a cada rincón del barrio; hicimos un boletín informativo y un micro de información audiovisual.
A lo largo de este año logramos reinventar el barrio, enlazarnos en proyectos para todos y todas, pensar con calma pero con firmeza, repasar nuestras ideas y nuestras visiones del mundo.
Hemos logrado sostener una asamblea abierta, pública y horizontal por un año; hemos logrado iluminar la Vía Verde y las esperanzas de los vecinos; hemos logrado llenar de bancos y mesas el corredor no para sentarnos a mirar sino para descansar y seguir trabajando; hemos logrado recuperar la alegría y la amistad.
Hoy como vía verdistas festejamos el primer año de vida de un proyecto que nos devuelve nuestro rol activo dentro del diseño de las políticas públicas a la vez que nos saca de la invisibilidad y el abandono como ciudadanos y ciudadanas.
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